
En los últimos años de vida de mi padre, cuando la enfermedad ponía cerco a sus ojos curiosos, el único libro que siempre tenía en las manos era "POETA EN NUEVA YORK". Se aferraba al volumen con la fuerza ida de los náufragos, con la curiosidad de los niños. Por algo sería...
Hoy he abiertos sus páginas. En silencio. Honrando a los peregrinos de la aurora.
Tal día como hoy hace 72 años mataron al poeta...Lo que pudo haber sido!
Un montón de perros apagados...